viernes, 24 de julio de 2015

Andrea, qué ha pasado?

-Andrea!, Andrea!
Marcos, arrodillado frente a ella, no entendía  lo que estaba viendo.
Acababa de llegar de su viaje.
Estaba feliz.
Tenía  buenas noticias para ella.
Por fin tenía un horizonte a la vista, un proyecto, un futuro.
Seguia sin encontrar todas las piezas del puzzle de su pasado, era cierto, pero tenía  las importantes.
Y eso, para él,  era suficiente.
Quería  contárselo a Andrea.
En cambio, encontró a aquella mujer acurrucada bajo la ventana, abrazada a sus piernas, con la cara perdida entre sus rodillas y un monótono balanceo acunando su cuerpo.
-Andrea, por Dios, dime qué ha pasado!
No había respuestas.
Ni siquiera hubo una mirada.
Aquel irritante balanceo no le dejaba acercarse a ella.
Se sentó tan cerca como pudo y decidió intentar abrazarla.
Hablarían luego.
Andrea notó la calidez de su cuerpo.
Le había escuchado llamarla.
Aquella voz familiar la calmaba.
Pero no quería despertar.
Le dolía.
Le dolía haber sido una estúpida y no haber sido valiente.
Le dolían los silencios, las miradas.
Le dolían todas esas cosas que nunca llegó a decir.
Le dolían tantas cosas...
En su fantasía habia creido posible construir un mundo de princesas para ella. Protegido de rencorosos dragones por enormes murallas de piedras resplandecientes y rodeado por hermosos fosos de humildad e ilusión.
Torreones adornados por ventanales gigantes que sólo permitían la entrada a los limpios y puros rayos de sol.
Sueños mecidos por el viento anclados a la realidad por orgullosos mástiles de acero.
Y, por supuesto, valientes soldados custodiando su mayor tesoro....
Su corazón.
En cambio...
Un ligero susurro repiqueteaba en su cabeza.
No quería oirlo.
Quería seguir soñando.
Marcos, sincronizando su cuerpo al de ella, empezó a tararear una canción. ..
Somewhere, over the rainbow...