jueves, 26 de diciembre de 2013

la calma

Los días pasaron demasiado lentos, demasiado cansinos, como dicen aqui en Almería.
No había tenido noticias de Carlos desde aquella reunión en su despacho.
No me arrepentía de no haber aceptado el cargo. Todo lo contrario, me sentía liberada, más ligera, había descargado parte de mi mochila y me sentía bien.
Sin embargo, una parte de mí, aquella llena de orgullo y ego enajenado, se había sentido gratamente agasajada con todo aquello.
De verdad podría encargarme yo de dirigir un centro como aquél?
Carlos creía en mí.
Quizás demasiado.
Sin embargo, ese voto de confianza me sirvió para replantearme muchas cosas.
Me sirvió para sentarme delante del espejo y descubrir que mi sonrisa era más bonita de lo que recordaba y que mi cuerpo, desnudo, aún podría excitar a algún hombre...
Definitivamente, a pesar del tiempo perdido tratando de hundirme en el fango, yo era una mujer hermosa y capaz de reconstruirme desde mis cimientos.
Por muy maltrechos que estuvieran, yo sabía,  por fin, que era capaz de conseguirlo.
Dediqué los días de silencio a mirarme por dentro, a rebuscar lo olvidado y quitarle el polvo a lo utilizable.
Escogí del armario lo que más me favorecía, me arreglé el pelo de forma medidamente informal, dibujé en mis labios mi sonrisa de mujer encantadora y respiré hondo.
Aquello iba a ser así.
Había llorado bastante y me había culpado de todo lo posible en el universo...
Ya era suficiente.
Lo iba a demostrar.
Una sonrisa, esta vez no forzada, dibujó en mis labios la felicidad.
Por fin, Andrea Ruz había vuelto.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

por fin..

Y, poco a poco, pasaron los minutos...y las dudas.
Cuando, finalmente, Carlos me llamó desde su despacho, ya sabía lo que iba a decirle.
- ¿Estás segura?- me dijo mientras se levantaba de aquel inestable sillón.
- No, no lo estoy, pero creo que es lo mejor
- Lo mejor para tí - dijo mientras dejaba que su mirada se perdiera a través de los cristales
- Lo sé,  lo mejor para mí...
Empezé a sentirme incómoda.
- Carlos - dije poniéndome  a su lado - agradezco muchísimo la confianza que tienes en  mí pero, en estos momentos, mis objetivos son otros...
Me costó mucho esfuerzo decirle aquello.
Pero no podía, o quizás no quería,  aceptar aquella propuesta.
- No puedo hacerte cambiar de opinión? - dijo sin apartar la mirada de algún lugar desconocido
- Imagino que sí, pero te agradecería que no lo hicieras...
Esperé algún comentario, alguna queja, alguna resistencia, pero no hubo nada.
Silencio.
- Sabes una cosa, Andrea ? - dijo - creo que, de  nuevo, tienes razón...Todo esto es una locura.
- No te entiendo...
- Ya te lo explicaré....primero tengo que hablar con los jefes
Aquello daba por terminada la reunión.
En los últimos días aquellos encuentros se habían convertido en algo habitual.
Y también sus finales...
- Perfecto...ya me contarás entonces...
Me alejé de allí con la sensación de poder que te da la certeza..y el miedo de la incertidumbre.
No quería la dirección de nuestro centro.
Sólo quería la dirección de mi vida..
Y estaba decidida a conseguirla...otra vez


sábado, 14 de diciembre de 2013

Doña Francisca

Decir que la mañana se hizo larga y tediosa no sería ....exacto.
Mi cerebro activó el piloto automático intentando bloquear todo aquello que se saliera de la queja repetida de mis pacientes.
- Doña Andrea, es que hoy estoy fatal - me dijo la señora Francisca sin darme tiempo a saludarla
- Buenos días,  doña Francisca, ya veo que no se encuentra hoy bien...
- No, no me encuentro bien...
Cuando aquella mujer entraba en mi consulta, y eso era algo que hacia bastante a menudo, yo ya sabía que la mañana no iba a ir ...fluida, por decirlo de una manera que no suene poco ético.
-Dígame, qué le pasa ?
- Pues que hoy estoy muy mala, que no puedo dormir, que no puedo comer nada...
Suspiré y le dejé tiempo para que vaciara su carga de dolor.
-Vamos a hacer una cosa, si le parece bien- dije- hoy va a empezar por contarme lo que más le preocupa...y yo intentaré ayudarla en lo que pueda
- Pero es que me duele todo...- me dijo mientras se retorcía los dedos
- Lo sé, imagino que es muy desagradable sentirse así, pero para poder ayudarla necesito que usted me explique las cosas un poquito mejor..
Como era de esperar, ni ella pudo resumirme sus problemas, ni yo pude aliviarle el dolor que ella llevaba incrustado en su alma.
Doña Francisca volvió a agradecerme mi paciencia y yo, tras quince minutos de angustia, pude continuar con aquel teatro en el que yo siempre tenía la sensación de no ser más que una actriz invitada.
Aquello era mi vida...
Hasta hacía poco tiempo no necesitaba nada más.
Pero, ahora era diferente.

jueves, 12 de diciembre de 2013

la decisión

Aquella mañana llegué demasiado pronto a la consulta.
Me había pasado la noche dándole vueltas al asunto de Carlos y, para ser sincera, no estaba muy convencida de la decisión que había tomado.
Cuando te pasas la noche intentando obviar el dolor de unos ojos que no pueden dormir, las decisiones son tomadas por una parte poco racional del cerebro. Aquella que quiere terminar con el asunto y dormir....por decirlo de alguna manera, decisiones no meditadas...
De hecho, en aquel momento, mientras me ponía la bata con la identificación del SAS, casi cambié de opinión...sólo casi.
El móvil que acababa de dejar sobre la mesa empezó a vibrar emitiendo aquel zumbido tan parecido al de las abejas.
Era Carlos.
- Estás ya en el centro? - dijo su voz al otro lado del pequeño aparato.
- Acabo de llegar. Estás en tu despacho ?
- No...es que he tenido un problema con el coche....llegaré tarde.
- Necesitas que te recoja en algún sitio?
- No. Estoy esperando la grúa. Han dicho que no tardarán más de 15 minutos..
Se notaba cansado, contrariado...decepcionado?
- Te pasa algo más ? - le dije no demasiado convencida de si era lo apropiado
-  Bueno, mi plan de hoy no empezaba con esto...pero, no te preocupes, se me pasará.
- Quieres que le diga algo a las niñas del mostrador?
- Ya las he llamado yo. Está todo solucionado... Bueno, Andrea, te veo luego.
-Vale...suerte con el coche...
- Gracias
El silencio volvió a envolverme.
Unos tímidos golpes en la puerta de mi consulta me trajeron de vuelta a la realidad.
- Un momento....- dije mientras conectaba el ordenador e introducía las claves del programa.
La pantalla azul se abrió dejando paso a un listado interminable de nombres.
Suspiré lo más profundo que pude y me dirijí a la puerta.
- Buenos días...que pase el primero...

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Una proposición. ...de trabajo

- No me lo puedo creer!
Llevaba solo unos meses trabajando en aquel centro y no me creía preparada para lo que acababa de contarme mi jefe.
- Pero....-balbuceé mirando por la ventana de aquel despacho - yo no estoy preparada para eso...
- Siempre infravalorándote - dijo poniéndose a mi espalda -. Eres la persona más válida que conozco....al menos, la más válida de este centro....
- Eso no es cierto...aquí hay gente que lleva mucho tiempo y que conoce mejor cómo funciona todo....además...por qué tienes que irte?
- Es sólo una posibilidad...aún no está decidido...pero quería contar contigo antes de tomar una decisión
Carlos estaba allí, a mi espalda.
No tenía que girarme. Lo sabía.  Lo sentía.
Podía notar el movimiento de su respiración,  el aire escapando de sus pulmones.
Al otro lado del cristal, el mundo no quería detenerse.
Una chica, demasiado joven, tiraba sin éxito de la mano de un pequeño abrazado a un columpio algo oxidado.
Una mujer corria torpemente tratando de ocultar unas piernas demasiado cansadas bajo su estrecha falda pasada de moda.
El hombre mayor de las gafas oscuras, como siempre, miraba toda la escena desde su banco. Juraría que sonreía.
Y yo, y nosotros, a nuestro lado de la realidad, mirones privilegiados de la sociedad.
- Déjame pensarlo - dije finalmente arrancando mi cuerpo de su proximidad.
- Por supuesto...todo el que necesites hasta mañana...
Aquello lo dijo con su sonrisa de siempre. Sin prisas.
- Pues...no me das mucho tiempo. Pero, está bien, lo pensaré y mañana hablamos.
Me acerqué a la puerta de aquel despacho que se estaba quedando sin aire.
- Carlos...te lo has pensado bien?
Apoyé mi cuerpo en el marco de la puerta abierta. Necesitaba el aire de aquel solitario pasillo.
- Anda, vete a casa, descansa y piensa en lo que te he dicho...Mañana hablamos...
No le insistí.
Le tapé la boca a mi corazón errático y traté de no mirarlo.
- Por cierto, Andrea- dijo dándome la excusa perfecta para girarme - te sieta muy bien ese vestido.
- Pues...gracias. Te veo mañana.
El calor de mis mejillas puso el final precipitado a la conversación y yo, como de costumbre, me maldije por ser incapaz de recorrer los pocos pasos que nos separaban.
Nunca cambiaría.

sábado, 7 de diciembre de 2013

separación?

Sevilla...
Aquello quedaba lejos de Almería.  Un montón de horas en coche gracias a la pésima comunicación de nuestra provincia con el resto del universo.
Un silencio incómodo ahogado por el ruido de murmullos próximos, de repiquetear de cucharillas, de canciones pasadas de moda...
- No dices nada - me dijo acercando sus labios a mi oido.
- Pues, no se qué decirte...si es bueno para tí...supongo que debo felicitarte
- Aún no he dado una respuesta. Quieren ponerme como director médico de uno de los distritos de Sevilla...
-Es un paso importante. Eres un tío muy preparado...Seguro que lo harás bien.
- Eso es lo que quieren que crea...Lo que de verdad pasa es que no me quieren cerca y con el hueco de Sevilla han visto la solución perfecta.
-Pero ¿ qué dices?- le dije sinceramente sorprendida
- Tú siempre tan ingenua, Andrea...
- Nunca he pensado que eso fuera un defecto - dije molesta por aquel comentario que tantas veces habían usado para hacerme daño.
- No lo es....perdona,  no quise decir eso....es que a veces me sorprendes...la vida pasa ju to a tí y tú parece que sólo ves lo bonito...
- Puede que lo que realmente pasa es que trato de sobrevivir en un mundo que no me convence...
- Touché! ...Venga, termínate eso que tengo que contarte el resto en el despacho.
Carlos y yo caminamos despacio. Ninguno dijo nada. Estaba claro que los pensamientos eran mucho más fuertes que las palabras...
- Tengo gente ya esperando....si quieres hablamos luego -dije cuando se abrieron ante nosotros las puertas del centro.
- Tienes razón...además yo también tengo consulta en diez minutos ...Andrea  no quiero que hoy te vayas sin hablar conmigo - dijo recobrando el tono autoritario que tan pocas veces usaba conmigo
- No te preocupes...te buscaré cuando acabe...
Me giré casi sin pensarlo y mis piernas me llevaron a mi consulta. Podía sentir el galope irregular de mi corazón, el bombeo de ese líquido espeso golpeando las paredes de mis  arterias...
- Buenos días, doña Andrea - dijo una voz desde la esquina de la sala de espera
Sonreí de forma automática.
- Buenos días...enseguida empiezo...
Entré allí y dejé que el peso de mi cuerpo cerrara la delgada puerta.
! Se va!

jueves, 5 de diciembre de 2013

Sevilla...

- Puedo sentarme?- me dijo mientras acercaba una silla a mi mesa.
Aún estaba intentando digerir lo que Ana acababa de contarme. No estaba preparada para lo que pasó.
- Es una tragedia...pero Ana es fuerte...- me dijo mientras levantaba el dedo para captar la atención de la camarera.
- Ella puede que sí...pero María...los niños...- yo no quería mirarle a los ojos. Nunca me sentía cómoda cuando no controlaba mis emociones..
- Lo harán...pero dolerá mucho - me dijo casi en un susurro, ocultándose del resto de la clientela de aquella mañana.
- Parece que sabes de qué hablas....has vivido algo así ?- le dije, esta vez buscando su mirada.
- lamentablemente sí...pero no quiero hablar de eso...
- Perdona, lo siento, no quería ser indiscreta...
- No te disculpes, no es culpa tuya...sencillamente aún no estoy preparado para hablar de aquello...
Ana se acercó con un vaso de colacao y un par de tostadas de jamón y queso...No pude evitar sonreir....Cómo podía un cuerpo como aquel comer de aquella manera....
- Es que hoy no tengo mucha hambre - me dijo adivinando mi pensamiento - . Le he dicho a Ana que no me ponga la de atún..
- Venga ya!! No me puedo creer que seas capaz de comerte todo eso...dónde lo metes?
- De verdad quieres ssberlo? - me dijo con una nada inocente sonrisa en sus labios
Creo que me ruborizé. Odio ruborizarme. Es algo que me pasa desde pequeña. Yo trato de ignorar ese calor que empieza a quemar mis mejillas, sonrío,  hago algún comentario sarcástico sobre mi inocencia...y espero que pase. 
Pero lo odio.
- No , no quiero saberlo...imagino que eres así y ya está. Hay gente con suerte..
- Te equivocas, listilla....para tu información este cuerpo del que hablas se mantiene a base de mucho sacrificio y esfuerzo.
Me permití mirarle despacio. La camisa que llevaba, con las mangas dobladas hasta los codos, mostraban unos antebrazos bien musculados y oscurecidos por el sol. 
Un cuello perfecto, yo diría que demasiado,  asomaba por una camisa impecablemente planchada. 
Seguí la línea de su barbilla y, sin darme cuenta, empezé a notar cómo se aceleraban los latidos de mi corazón a medida que buscaba sus ojos.
Me enfadé por mi estúpida ingenidad.
Es que no aprendería nunca?
- Andrea...necesitaba hablar de algo importante contigo..
El tono de su voz y el brillo de su mirada habían cambiado. Ahora tenía ante mí al director del centro. Nada que ver con ese hombre sensual y provocador con el que había iniciado el desayuno...
- Debo preocuparme?- le dije intentando enderezar mi postura en aquella vieja silla.
- Yo no lo haría...pero depende de tí
- Pues estás consiguiendo que lo haga...
Se limitó a morder la segunda de sus tostadas. 
Si me hubiesen pedido que describiese lo que percibía en su cara, diría que diversión.
Pero no lo entendí.
- Me han propuesto algo...no estoy convencido...pero me gustaría saber tu opinión.
- Por supuesto- dije entendiendo aquello como una amenaza que se alejaba- Dime..
- Los jefes están tan contentos de lo que estamos haciendo aquí que han pensado que yo podría iniciar una reforma similar en otro sitio...
Y entonces lo dijo...
- Me mandan a Sevilla.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

La vida es tan dura...

- ! La manchada pa Andrea!
La voz de Ana, nuestra camarera, sonaba más apagada aquella mañana. También su sonrisa era menos sincera.
- ¿ Te encuentras bien? -  le dije mientras me dejaba el café humeante en mi solitaria mesa.
Aquella mañana, curiosamente, había terminado pronto la consulta. Estábamos en una época difícil. Y no lo decía sólo por mí.
No había dinero para sustitutos. No había dinero para financiar medicinas, al menos en su totalidad...
La sanidad, ese pilar que yo había creído indestructible, se tambaleaba.
Yo, agarrada a mi bombona de oxígeno, miraba y escuchaba. A veces en silencio. A veces con furia. A veces con resignación. 
No me sentía inmune en mi pequeña tribuna sin barreras...
Hoy estaba a salvo....mañana...nadie lo sabía.
Era un día de mercadillo. Y se notaba.
La gente vaciaba lo poco que le quedaba en los bolsillos en aquellos puestos ambulantes donde los articulos de cada dia se convertían en suculentas gangas al alcance de todos...
Pues, en aquella mañana, atípicamente tranquila, esperé a que aquella mujer me contara su historia.
- Estoy cansada...sólo eso... 
Ana podía tener muchas cualidades, pero mentir no era una de ellas.
Tampoco tuve que decirle nada más.
- Esta vida es una mierda, Andrea....mi hermana...
- ¿ Le ha pasado algo ? - dije mientras en mi cabeza se formaba la imagen siempre sonriente de María
- Está ingresada...un derrame cerebral...
- Pero...
- La mantienen enchufada a una máquina...
Ana no pudo seguir hablando. Las lágrimas le dibujaron estrechos surcos en sus mal maquilladas mejillas...
La vi alejarse.
No pude decirle nada.
- Lo que le ha pasado es muy duro - dijo una voz familiar a mi espalda.
Agarré con fuerza mi taza y traté de encontrar las palabras...


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Esperando una estrella...

Pero, como no podia ser de otra manera, la vida giró y me puso frente a frente con mi futuro.
Lo curioso de todo esto, es que nunca sabes que ha llegado el momento.
Es sólo un segundo, un haz de luz, una brisa que roza tu mejilla ....
Y tú sigues, como si esa estrella no se hubiese cruzado en tu camino.
Porque, en realidad, tú no has visto nada. No has cambiado nada.
El trabajo se hizo rutina. Y la rutina se llevó el dolor...
En el hueco dejado se acurrucó el rencor y rezé que su íntima amargura se cubriera con un manto de esperanza.
Cada mañana, cada paciente salía de mi consulta dejando tras de sí su peculiar mochila.
Yo amontonaba mochilas de dolor, de incertidumbre, de ansiedades...
Pero también es cierto, que en cada una de ellas, yo dejaba migajas de mi propia miseria.
Tengo que confesar que me reconfortaba.
Para cada una de esas personas, los seis minutos comprados de mi tiempo, eran su momento. Nuestro momento. Confesor y pecado. Sufrimiento y perdón.
Es curioso en lo que nos hemos convertido los médicos. Sobre todo los médicos de familia.
En un mundo cada vez mas laico, las personas buscan lugares nuevos para abrirse.
Y se abren.
A veces con miedo. A veces con desesperación. A veces con furia.
Yo les dejo. Les escucho. Les ayudo a buscar salidas.
No es fácil. Tampoco creo que sea eso lo que me enseñaron en la facultad.
Pero los tiempos cambian para todos.
Y si antes todo lo curaba una pastilla , a veces no tan milagrosa, ahora la magia la hacian esos minutos de confidencialidad, de empatía...
Remedios diferentes para dolores tan similares....
Como digo, aprendí a lidiar con ellos evitando estocadas dolorosas.
Y así, aquella despistada estrella fugaz, se sentaba conmigo en las horas tristes y me empujaba al descanso cuando me notaba abatida...o cuando creía que era el momento...el momento de sonreir.
Porque, creo que no lo he dicho, todos los días, a eso de las diez, llegaba el momento de las sonrisas, de los cotilleos, de los encuentros alrededor de una mesa de bar con los dedos entrelazados sobre humeantes tazas de cafe...
Desayunos de pan con tomate y manchadas descafeinadas...
Mmmmm....

lunes, 25 de noviembre de 2013

Una ilusión

A veces la vida te sorprende.
Llegas a un punto donde crees que se acaba todo y, entonces, zas! En toda la boca...
Y , así, sin darte cuenta, un día aprendes a dar gracias.
....Gracias a la buena gente, que hace que cada día se llene de ilusiones, de alegría...
.... Gracias a los que no son tan buenos, porque gracias a ellos descubrimos todo el coraje que llevamos dentro.
Esto me dolió comprenderlo. Es cierto. No quiero engañar a nadie.
Duele que te pongan delante de un espejo y descubrir que no eres la persona que creías.
Duele que intenten derribar tus sueños.
Duele, más aún, darte cuenta de que jamás podrías llegar a conseguirlos....al menos, siendo tú misma.
El trabajo en el centro de salud ocupaba todo mi tiempo. Quizás demasiado, me decían mis compañeros,  pero yo había dejado una vida vacía atrás y no tenía intención de darle tiempo a mi cerebro para añorar el sufrimiento.
Además,  en el trabajo tenía todo lo que necesitaba.
Todo...
Y, en cambio, fuera...
Fuera me aguardaba un doloroso silencio, un hiriente recuerdo del amor que no fue...
Ocupar mis segundos, mis minutos, mis horas....agotar hasta la última célula de mi maltratado cuerpo...ese era el único recurso del que disponía.
Y pensaba utilizarlo.
Me volqué en darlo todo, en vaciarme hasta la última gota, a sabiendas de que el coste pudiese ser excesivo.
Pero quise intentarlo.
Cuando no te queda nada...todo vale.

jueves, 21 de noviembre de 2013

gracias a él...

 Y alli estábamos los dos, con las manos entrelazadas bajo la mesa. Miradas furtivas. Complicidad de sonrisas.
Aún no podía creerlo.
Bastó una sonrisa en aquella fría mañana para que, sin avisar, el rumbo de mi tambaleante vida cambiara para siempre.
- Buenos días - me dijo mientras me tendía su mano - . Creo que debo presentarme. Tú debes ser Andrea...Mi nombre es Carlos y soy el encargado de enseñarte todo esto...
- Hola...soy Andrea, la nueva médico...es que estoy un poco perdida...
Lo decía de corazón.
Mi mente, por aquel entonces, estaba bajo el dulce sopor de los barbitúricos y antidepresivos.
 Nada serio, según mi psiquiatra, pero lo suficientemente importante, creía yo, como para obligarme a confesar mis miedos cada semana.
Yo que siempre había odiado a los psiquiatras y su deprimente clientela...
Pues, como digo, escuché las palabras de Carlos, como una brisa marina que despliega las velas de un barco. De mi barco...
Y yo levanté el ancla que me tenía varada a mi deprimente monotonía.
Así, bajo la inesperada tutela de aquel hombre, empezé a retomar el rumbo de mis días.
Descubrí de nuevo el placer de ayudar, la alegría de sentirme querida, la ternura del agrademiento...
Yo era médico de vocación.
Había sido el bicho raro de una casa de maestros...
Y me encantaba. De verdad.
Carlos, aquel hombre casi irreal, resultó ser el director de mi nuevo centro de trabajo.
No sabía, ni aún tengo la seguridad a día de hoy, de si alguien le había contado mi historia. Pero, sea como fuere, se convirtió en mi punto de apoyo durante el tiempo, ahora lejano, que duró mi adaptación.
Gracias Carlos.

domingo, 17 de noviembre de 2013

¿Dónde estás?

- Andrea, ¿ me oyes ?
Andrea miró a Carlos, con las pupilas perdidas aún en aquel doloroso recuerdo.
Aún le quemaba la garganta.
Hacía ya casi cinco años de aquello y los fantasmas, que durante todo ese tiempo había mantenido ocultos, luchaban por alcanzar su libertad.
- Sí, sí...no te preocupes...es que pensé que estaba soñando...
Dibujó una sonrisa en sus labios y se dejó acariciar por aquel hombre que tanto había deseado durante los últimos meses.
Sí, podía permitirse soñar. Quería permitírselo.
Hacía mucho tiempo que se castigaba por algo de lo que, pensándolo bien, no había tenido la culpa.
Es cierto que se había dejado llevar. Es cierto que podía haber dicho que no.
Pero, por aquel entonces, esas sensaciones tan intensas habían nublado cualquier atisbo de razón que quedase en su cerebro.
Dejó que su corazón se llenase a golpes de adrenalina.
Dejó que sus horas no fueran sino la espera de aquellas dosis.
Se convirtió en adicta de algo que jamás había imaginado.
O, mejor dicho, de alguien...
Sacudió aquel recuerdo como quien sacude el sucio mantel del almuerzo y cayeron al suelo las migajas de tiempos que fueron tan placenteros.
Sintió el calor de la nueva ilusión llenándole el alma y dejó que esa agradable tibieza le calmara la ansiedad otra vez despertada.
- Estoy aquí,  Carlos , y no dejes que me vaya.... - dijo mientras él la amaba.


sábado, 16 de noviembre de 2013

Despierta!

Tenía frío.
Un sabor metálico en la boca y agujas atravesando su piel...sí, eso sentía.
A lo lejos, no sabría precisar cuánto, podía oir que alguien la llamaba...
- Andrea...Andrea...
Y un golpe.
Algo empezó a martillearle el pecho. Le dolía. Era una sensación desagradable. No la dejaban dormir...
Y luego, unos labios.
Pero no era el calor de los labios de siempre. Éstos ni siquieran le transmitían calor. Sin embargo, notaba que algo le quemaba la garganta.
- Andrea, vamos, Andrea...
Empezó a notar las voces más cercanas.
Empezó a notar la humedad y la arena bajo su espalda.
Empezó a sentir cómo burbujas de agua salada arañaban la pared de su esófago buscando una salida.
Aquello dolió.
Algo punzante atravesó su estómago y una oleada de algo muy parecido al remordimiento salíó por su boca. Estaba exhausta.
Unos brazos la mantenían en una posición incómoda para evitar que todo aquello que había eliminado volviera a su interior...¡ qué tontería !
Sólo quería que la llevasen a su cama y la dejasen dormir.
Quería olvidarlo todo.
¿ Por qué la habían despertado ?

jueves, 14 de noviembre de 2013

Notó mariposas...
Esa sensación, agradable y turbadora, inundó cada poro de su piel.
Andrea estiró su delgado cuerpo dejando caer, quizás por casualidad, la suave tela que la cubría.
Estaba orgullosa de su físico. Trabajaba duro para mantenerlo perfecto. Y ahora, por qué no, era un buen momento para enseñarlo...
Mmmm...
Carlos se sentó a su lado.
- Sabes que eres preciosa? - dijo mientras acariciaba con su dedo el borde inferior de su mandíbula.
-  Pues te ha costado decírmelo...
- quizás estaba esperando el momento oportuno...tú tampoco has estado demasiado receptiva...
Le  dijo eso mientras fijaba aquellos maravillosos ojos azules en los de Andrea.
Quizás tenía razón.
Siempre le pasaba lo mismo.
Cuando alguien le interesaba o cuando ella notaba cierto interés, cerraba esa especie de caparazón a su alrededor. No lo hacía de manera consciente. No quería sufrir más. No le volverían a hacer daño.
No si ella podía impedirlo.
Pero, ahora, esa muralla construida durante tantos años se desmoronaba como un castillo de arena bajo las olas...
El mar...

lunes, 11 de noviembre de 2013

Just give me a reason....
La voz rota , finalmente , provenia de Pink , uno de esos grupos efervescentes de moda.
Andrea se apretó la almohada contra la cabeza. Quería exprimir su cerebro. Quería conseguir un destello, algún recuerdo de lo vivido la noche anterior...
El sonido de unos pasos atrajo su atención.
- Buenos días, dormilona
Aquella voz...
El sonido de una bandeja depositada cerca de su almohada, el sonido de unas cortinas que se abren, el calor de unos rayos de sol que acarician la pierna...
Y unos labios húmedos depositando una caricia en la parte expuesta de su hombro...
Andrea, perdida aún en una niebla de olvido, no podía evitar sentir todo aquello como algo extremadamente placentero.
-Mmmm- fue todo lo que se atrevió a decir por temor a delatarse.
- Venga, cielo, hace una mañana preciosa. Tenemos que darnos prisa si no queremos llegar tarde.
Andrea, por fin, vió la luz.
Había pasado la noche con él.
Ahora lo recordaba. La cena, las bromas, las miradas...y él.
Desde que se lo presentaron, hacía ya varios años, estaba totalmente deslumbrada.
Y eso no era nada fácil. De eso podía estar segura.
Y ahora estaba allí, con él...
Tenía miedo de abrir los ojos. Y si era un sueño? Y si se desvanece?
 Bajó despacio la almohada hasta que sus ojos tuvieron una buena perspectiva de la habitación.
Era difícil de creer.
Pero alli estaba...con ella.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Empieza la historia...

Hola.
Tengo que confesar una cosa.
Cuando me decidi a escribir aqui, en este medio tan poco adaptado a mi, pensaba en transformarme en lo que yo deseaba ser. Una mujer intrépida, decidida y segura de si misma.
Quizás si conseguía serlo en la ficción...
Pues ...no funciona.
Para ser sincera, no ha existido esa transformación.
He usado mi pequeño trampolín para reflejar mis dudas y mis inseguridades. Son muchas. Quizás demasiadas.
Pero ese no era el plan.
He pensado, entonces, en una reconversión. Aún estoy a tiempo y, además , esto lo escribo yo, eso me da cierto poder....
Establecer distancias es algo prudente...

Pues bien, esta nueva Andrea, es médico, sí ya se que no soy original, pero es lo que conozco, tiene 40 años, es inteligente y alegre.
Con un trabajo que le encanta y un futuro prometedor...
En fin, algo difícil de encontrar hoy en día.
Pero, aquí, en mi blog, esa seré yo.
Y como quiero que tenga una entrada deslumbrante, debo decir que esta mañana, al abrir los ojos, se ha encontrado sobre unas sábanas de olor desconocido.
Un aroma mezclado de vainilla y algo que no podía identificar....mmm...agradable pero desconocido.
Levantó sus párpados con dificultad y una tenue luz amenazó con taladrar su retina...
Qué sensación tan extraña!
 Si al menos recordase algo...
Desde algún lugar, una voz rota pedía una segunda oportunidad...
Y aquel repiqueteo en su cabeza...

martes, 5 de noviembre de 2013

pedir un deseo...

Hoy he trabajado de tarde. Bueno, para ser exactos, he trabajado todo el día. 
Y no, no me van a pagar más por ello, pero yo soy así y creo que es algo tarde para cambiar.
No me gusta el turno de tarde.
Cuando salgo, el cielo ya se ha cubierto de una opresiva capa negra y yo, como siempre hago, levanto la vista buscando la primera estrella...
Desde muy pequeña me enseñaron eso de pedir un deseo a la primera estrella.
Lo hago siempre. Es algo instintivo.
Para ser sincera, no se qué parte de mi vida he ganado yo y qué parte han sido deseos concedidos...
Deseos...
Y pido de todo.
Pido salud, pido trabajo, pido suerte...pido amor.
Y lo tengo todo.
Absolutamente todo.
Pero....a veces...
A veces pido el deseo equivocado.
Quizás no es mi estrella, sino mi destino, el que pone en mi cabeza ese pensamiento extraviado, ese pequeño destello imposible de frenar.
Y ocurre.
Se me concede el deseo arrepentido antes de nacer.
¿Quién soy yo para matar un sueño?
Dejo que crezca, ocultándolo a la vista de lo correcto, cubriéndolo con un fino manto de esperanza. Lo alimento con suspiros y lo duermo bañandolo en besos.
Y cuando creo que es parte de mí, se rebela y me desgarra el alma.
¿ Por qué no aborté cuando aún era una simple semilla?
Lo cierto, es que a pesar del dolor de las heridas...aún sonrío al recordar el calor de su abrazo.
Quizás deba de dejar de pedir deseos.
Quizás deben caer las estrellas...

miércoles, 30 de octubre de 2013

estoy tan enamorada...

Estoy tan enamorada,
que no puedo creerlo....

Eso es una canción de hace mucho tiempo, creo que de Manzanita, pero que ahora me viene como anillo al dedo.

Estás a mi lado....

Qué bonito es sentir esas cosquillas en el estómago, sentir cómo te tiembla el pulso cuando sabes que está cerca, buscar su mirada a escondidas...
Son cosas que te hacen sentir...viva.
Yo, a mis taitantos años, me siento como una quinceañera.
Lo se.
Ya no tengo edad para eso.
Hoy, un compañero de trabajo me ha dicho que, llegando a una edad, ya no se está para tonterías.
- Pues yo creo que nunca se es demasiado viejo para eso - le dije sin dejar de mirar la pantalla del ordenador
- A ver si resulta que tú también estás tonteando, amiga - comentó con esa sonrisa socarrona que me resulta tan divertida.
- Yo no tonteo con nadie - dije devolviéndole la sonrisa - Yo sólo digo que me parece bonito que siempre triunfe el amor.
Pablo, que así se llama mi compañero, se quedó mirándome con los ojos muy abiertos y sin inmutarse me soltó:
- Nadie está hablando aquí de amor, no seas ingenua, por amor de Dios, es sólo sexo!
- Bueno, lo mismo me da, no has oido nunca eso de haz el amor y no la guerra?- le contesté mientras me peleaba con el sistema informático - Pues yo opino lo mismo...
- Tú desde luego es que no te enteras de nada...
Y dicho esto, salió de mi consulta de la misma forma que había entrado unos minutos antes. Sin avisar.
A veces, más de las que me gustaría, creo que es cierto. Que no me entero de nada. Que me encierro en mi mundo lleno de fantasía y no me doy cuenta de todo lo gris que me rodea.
Pero es que yo soy así.
Y creo que no es malo.
Ahora, por ejemplo, sólo puedo pensar en lo mucho que me gustan sus ojos y el sonido de su voz...
Estoy tan enamorada,
que no puedo creerlo.....
Buena suerte !

viernes, 25 de octubre de 2013

Hoy me ha dolido el corazón.
Alguien, alguna vez, me habló de un río y de las dificultades en superarlo.
En mi cabeza, yo soy ese campesino. 
El río es difícil de cruzar pues está lleno de saltos y remolinos. 
Sin embargo, él necesita cruzar. 
Sabe que en este lado de la orilla no tiene futuro y que si quiere alcanzar su sueño, tiene que arriesgarse.
Nada le ata a este lado.
Decide construir una balsa con los pocos troncos que encuentra junto a la orilla y una cuwrda improvisada con sus ropas.
Qué puede perder?
Una vida vacía y sin esperanza. Una vida de llantos y separaciones.
Siendo asi la cosa...qué mas da!
Quizás exista realmente otra vida. Quizás en esa otra vida tenga más suerte.
Se carga de valor.
Mira hacia atrás.
Quizás alguien le haya echado en falta.
Pero....no hay suerte.
Mira ese puñado de palos convertido en improvisada balsa y respira hondo.
Adelante! -se dice a sí mismo.
Y salta.
Su cuerpo se tambalea intentando no caer en las frías aguas.
Es tan inestable esa cosa...
Pero lo logra. Se queda quieto, casi tumbado, sin querer tentar a la suerte.
El sol está alto. No se ha dado cuenta, pero ya es medio día. 
Tiene hambre. 
Qué absurdo!
Cómo puede pensar en comida cuando está en juego su vida....
Pero, sin saber porqué, mira de nuevo hacia su orilla y ve el trozo de pan que hace días guardó en su bolsillo.
Y esa sensación le corroe el estómago.
Mira hacia delante. 
Queda muy lejos la orilla. Pero se ve soleada y, si mira bien, hasta intuye árboles frutales...
Pero tiene hambre y su orilla, esa que le ha visto crecer, aún está tan cerca...
Es cierto que nadie le espera, que la suerte siempre le ha dado la espalda, que jamás encontró allí unos brazos que le acunaran en la infinidad de noches que pasó bajo las estrellas...pero tiene miedo...y hambre.
Nota que se le llenan los ojos de lágrimas.
Tiene que olvidar. Tiene que empezar de nuevo.
Así que...
Se pone de rodillas.
 Coge un raquítico tronco convertido en remo rodeándolo con la poca fuerza que le queda y empieza a moverlo de forma casi compulsiva.
Quizás se equivoque. Quizás la inercia del agua lo arrastre hacia las rocas.
Pero él ha decidido hacerlo. 
Y lo hará.
La noche ha caido.
Siente doloridos los brazos y pequeñas agujas le atraviesan la piel de todo el cuerpo.
Al abrir los ojos, lo ve.
Está allí. 
Hay un bonito jardín junto a la orilla...casi no puede verlo ...pero es así. Está seguro.
Respira hondo. 
Una sonrisa se asoma entre sus labios.
Mañana...
Y así es la cosa.

Llegados a este punto de dolor, sólo me queda cerrar los ojos, respirar hondo y, con un poco de suerte, al abrir los ojos quizás esté en el otro lado.
Mañana...


miércoles, 23 de octubre de 2013

Hoy, por fin, he notado el frio.
Estamos casi en Noviembre y aquí, en estas tierras del sur, el verano dura casi medio año.
Yo ya tengo ganas de cambiar de aires. De ropa. De color. De todo.
Me agota la monotonía.  Necesito vibrar.
Sin embargo, no lo hago.
Hoy, en cambio, volvió a pasar.
Duró unos segundos, un instante de luz en mitad de la tormenta. Pero fue tan bello...
Lástima que sea tan complicado.
Esta mañana he tenido una consulta especialmente...como decirlo sin parecer insensible...cansina.
A mi me gusta mi trabajo. Me gust ayudar a la gente. Pero, en estos momentos de crisis y desesperanza, resulta bastante difícil.
Nadie me enseñó a consolar a una madre que ve cómo sus hijos se quedan sin trabajo y sin casa; a un hombre de cincuenta años, con mujer e hijos a su cargo, que despiden y se queda sin posibilidad de incorporarse a un mercado laboral inexistente...
Yo les escucho, les animo a luchar y a mantener esperanzas, pero...a veces me siento tan ridícula!
Pero si quiero sobrevivir tengo que cubrirme de una capa de inmunidad y tirar para delante.
No es frivolidad. Es cuestion de supervivencia.
Y, en medio de este panorama en el que a mi me tocó estar en el  grupo de los afortunados, aparece su sonrisa.
Y se me olvida la frustración por unas manos atadas y la cambio por la ilusión de una estrella fugaz.
Y soy feliz.

lunes, 21 de octubre de 2013

Ya paso el lunes....
A pesar de mis miedos, a pesar de los " me duele", de los " quiero que me haga"....a pesar de todo, hoy ha sido un dia especial.
He  conocido a alguien diferente.
No se explicar qué ha pasado. Tampoco creo que deba pensar en ello. Pero lo estoy haciendo...
Se han cruzado nuestras miradas y nos hemos sonreido.
Ha sido algo mágico. Se que suena cursi, pero es que ha sido así.
Yo soy una romántica empedernida. Siempre lo he sido y me encantaría no cambiar.
Lo malo es que la realidad nunca es un cuento de hadas. No soy una princesa y no hay principes azules que luchen por tu amor.
La realidad es otra.
Yo soy afortunada, lo se, pero...
Y ahora, cuando estaba tranquila sentada en mi orilla, llega el oleaje.
¿ Como hago para calmar la tempestad que se avecina?
Porque si conozco a alguien es a mí misma. Se que soy insegura, inestable, pasional...
Vivo en un mundo gobernado por sentimientos.
Un mundo que, a golpe de desengaños, me va conduciendo por diferentes caminos.
Pero...si yo no quiero ...
Pues hoy ha pasado...otra vez.
No se que pasará mañana. No sé si me harán llorar...
Hoy sólo se que una voz me ha cogido de su mano y me ha enseñado que hay otra orilla donde descansar...
Mañana puede que llore....hoy me toca soñar.

domingo, 20 de octubre de 2013

Domingo....
Hasta no hace demasiado tiempo, me encantaban los lunes. Se que es raro, algunos compañeros mios me ponian incluso como ejemplo de " a proposito de un caso", pero era cierto.
Tenia ilusion en la semana que empezaba, en lo que mis compañeros me dirian e , incluso, en lo que les pasaria a mis pacientes..
Pero ahora ya no.
Ahora los lunes se han convertido en una especie de pesadilla...semana nueva es igual a la suma de los problemas no resueltos ( que son bastantes ) y los nuevos....
¿Como es posible que solucione tan poco y acumule tanto?.
Sinceramente no tengo ni idea.
Solo se que busco con ansia la burbuja de oxigeno que me ofrece el viernes...
Pero dura tan poco...
Y, sin darme ni cuenta, llega el domingo.
Odio los domingos. Incluso mas que a los lunes.
Para mi, es un dia empañado por una niebla de tristeza y apatia que me dificulta la vision del cielo azul.
Pero esto es, claro esta, una opinion personal.
La mia.
Bueno, pues desde este fin de domingo me despido.
Buena semana para todos.

viernes, 18 de octubre de 2013

Hola...
Esta es mi primera vez en esto de internet...soy tan torpe con la tecnologia que da hasta miedo.
Pero por una vez, y puede que sirva de precedente, he pensado que quiero intentar volcar mis cosas...reales....o no....
Y aqui estoy.
Me llamo Andrea y soy la mujer del 99 ( y con esto no quiero decir mis medidas...).
Supongo que, poco a poco, sabreis lo que quiero decir con eso...
Por ahora, y sin saber bien si esto saldra bien o no, creo que no os dire mucho mas.
Con algo de suerte, encontrare la manera de volver mañana.
Mañana mas....o no...